La dinastía Flavia fue una dinastía romana que gobernó el Imperio Romano desde el año 69 d.C. hasta el año 96 d.C. Fue fundada por el emperador Vespasiano, quien tomó el poder tras el caos y la guerra civil provocados por el año de los cuatro emperadores.
Vespasiano fue sucedido por sus dos hijos, Tito y Domiciano. Durante el gobierno de Vespasiano y Tito, el Imperio Romano experimentó una estabilidad política y económica, así como una gran expansión territorial. Bajo estos emperadores, se construyeron importantes monumentos como el Coliseo de Roma y se llevó a cabo la destrucción de Jerusalén en el año 70 d.C.
Sin embargo, el gobierno de Domiciano fue más tiránico y represivo. Aunque logró mantener la estabilidad del imperio, su gobierno fue marcado por la persecución de senadores y la restricción de libertades civiles. Fue asesinado en el año 96 d.C. y la dinastía Flavia llegó a su fin.
A pesar de su corta duración, la dinastía Flavia dejó un legado significativo en el Imperio Romano. Vespasiano y sus sucesores lograron estabilizar el imperio después de años de guerra y caos, restauraron la economía y llevaron a cabo importantes proyectos de construcción. Además, el Coliseo de Roma, construido durante el mandato de Vespasiano y Tito, se convirtió en un símbolo duradero del poder y la grandeza de Roma.
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